cientificamente llamada Daucus Carota, que todo el mundo conoce como la ZANAHORIA.
El uso de esta planta en la casa se remonta al 3.000 a.C, cuándo en Afganistán se cultivaba una especie de zanahoria de color morado por fuera y anaranjada por dentro.
En aquella época, la zanahoria no siempre se plantaba por su raíz, como en la actualidad, sino por sus hojas y semillas aromáticas, igual que hacemos con sus parientes cercanos el perejil o el comino. Es en el siglo I cuando se comienza a usar la raíz aunque en la antigua Grecia y en Roma la usaban con fines médicos pues creían que tenía un poder afrodisíaco.
No fue hasta el siglo XVI cuando los holandeses investigaron esta hortaliza para producir cuatro variedades cuyos descendientes son las que hoy en día tenemos en nuestras casas.
Su color naranja se debe al elevado contenido en carotenos. Cuantos más carotenos posean, más oscuro e intenso es su color. Dependiendo de la variedad y también de las condiciones en las que se encuentre el cultivo. Por ejemplo, las zanahorias de invierno son más claras que las de otoño o verano. Recordemos que tiene un ciclo vegetativo bianual.
Nutricionalmente, La zanahoria es un gran aporte de carbohidratos, vitamina A, Vitamina E, Vitamina B y Potasio, y que contiene en menor proporción Fósforo, Magnesio, Yodo y Calcio.
De esta planta se suele decir que ayuda a broncearse y que es buena para la vista pero realmente es mucho mas que eso. A Continuación os presentamos una serie de beneficios que seguramente desconocíais de ella.
Da igual de que forma se consuma: al vapor, hervida, cruda, cocida, licuada o simplemente fresca, la zanahoria está dentro del grupo de alimentos con “efectos prometedores” en la prevención de algunos tipos de cáncer como el de piel, según destaca la OMS en su informe de la World Cancer Report 2014. Su alto contenido en carotenoides igual que los tomates o las espinacas les proporciona su poder anticancerígeno, sirviendo de prevención del cáncer de mama.
Otro informe de la Universidad de Newcastle (Reino Unido) afirma que si la cocemos y la troceamos entera aportaremos a esta un 25% más de falcarinol, una molécula que protege a la planta del ataque de hongos y en actúa en nuestro cuerpo como protector ante el desarrollo de determinados tumores.
Otros beneficios y propiedades
- Gracias a las sustancias aromáticas que posee, estimula el apetito.
- Evita de ciertas bacterias se adhieran a los dientes manteniendo así el buen esmalte y evitando caries.
- La zanahoria es digestiva, diurética y depurativa. Combate el estreñimiento gracias a su alto contenido en fibra, disipa los gases y los dolores gástricos causados por una intoxicación. Además su alto contenido en agua agiliza el proceso de orinar y ayuda en la desintegración de cálculos renales.
- Al ser rica en potasio y fósforo, es un excelente estimulante de mentes cansadas y restauradora de nervios.
- Aporta fortaleza y brillo a las uñas y al cabello. Sus células madre de la zanahoria contienen betacaroteno, llamado también provitamina A, que tras entrar en el organismo se transforma en Vitamina A. Estos compuestos reparan las células dañadas por los efectos ambientales revitalizando. Además este compuesto mejora la calidad de la leche materna durante la lactancia.
- Y además de todo eso, es cierto, la zanahoria es beneficiosa para la vista. Los betacarotenos, excelentes rejuvenedores, protegerán nuestra retina y evitarán la aparición de cataratas. El consumo diario de zanahoria está recomendado en casos de pérdida de la agudeza visual y dificultad para ver de noche o con poca luz. La OMS asegura que la deficiencia de vitamina A es la principal causa de ceguera infantil en países en desarrollo.
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